90 años de alegrías, de pobrezas, de sufrimiento, de equipos históricos, de épocas gloriosas, pero sobre todo de formación. Y digo de formación, porque en estos 90 largos años se ha ido formando una identidad, un nombre, un escudo. Estas pequeñas cosas han hecho que se forme, como diría Esteban, una legión de fieles que en las buenas, pero en especial en las malas, han estado y están con el equipo a pesar de todo. 90 años del Real Oviedo se cumplieron este 26 de Marzo y no se pudo celebrar mejor que con una victoria.
Vistiendo equipación negra, preciosa por cierto, saltó el Oviedo al césped del templo, del Carlos Tartiere. Ese coliseo que ha visto al equipo en primera y en tercera en poco tiempo, pero que nuevamente y gracias a la afición, vuelve a ver a un equipo compitiendo con los mejores, solo falta el último paso, el ascenso. Ante un conjunto berciano que sigue buscando un patrón de juego e intentando sobreponerse a la venta de Yuri, los carbayones jugaron uno de los mejores partidos de la temporada. Toché hizo de Lewandoski en el primer gol, Koné volvía loca a la defensa y Susaeta repartía caramelos en forma de centros teledirigidos al área. Borja Valle, el ancla del juego ofensivo, unía todo esto. El héroe del ascenso, David Fernández hizo el segundo a balón parado, para variar. De no ser por el árbitro y el poste, hubiéramos visto el mejor gol de la temporada cuando Toché empalmó una chilena desde la frontal del área que fue mal anulada por un fuera de juego que no existía. El mismo delantero hizo el tercero para la locura de los más de 15.000 hinchas presentes en el templo azul.
Una victoria convincente y contundente que rompe la mala racha 3 partidos consecutivos perdiendo y que aúpan al Real Oviedo al cuarto puesto, a 4 puntos del ascenso directo. Con David Generelo en el banquillo y sin entrenador fijo todavía, los asturianos continúan su marcha en busca del ansiado objetivo, volver a Primera División.
Juan Lorenzana Prieto
@juanlp91