Pues ya tenemos final parece. No seré yo quien de por cerrado algo en este deporte quedando 90 minutos de juego, pero tiene toda la pinta. Tras el 7-0 del Barcelona al Valencia llegaba el Celta al Sánchez Pizjuán con la intención de continuar en línea positiva y de conseguir llevar la decisión de la eliminatoria a Balaídos.
Nada más lejos de la realidad. Los hombres de Unai Emery se merendaron literalmente al conjunto gallego. El Sevilla, amante de los torneos del K.O, volvió a demostrar que la historia está aún por escribir para ellos y que no tienen suficiente con lo ganado en los últimos años, que es mucho.
Un vendaval se le vino encima a los de Berizzo. Una tormenta de fútbol, intensidad y goles en probablemente el mejor partido de la temporada de los andaluces, por lo menos el más completo. Además, acaban de igualar el récord del Real Madrid tras enlazar 8 partidos seguidos en la competición sin encajar un solo gol. El premio del gol llegó al filo del descanso por medio de un cabezazo de Rami. Antes de eso, Gameiro había fallado un penalti, pero ese error no iba a empañar su fantástico partido.
En la reanudación continuó el asedio sobre la portería viguesa y el rapidísimo atacante
francés ponía el 2-0 tras una exhibición de fuerza y velocidad culminada con un toque sutil al ángulo superior. Dos minutos después, Gameiro volvía a recoger un balón en profundidad y esta vez definió por bajo para casi sentenciar la eliminatoria. El Celta no tuvo reacción, le estaba pasando por encima un tren de mercancías. Ya con los gallegos a la desesperada, el danés Krohn Dehli hizo el cuarto de nuevo solo contra el portero.
La afición rojiblanca disfrutaba y cantaba al unísono en favor de Unai Emery, tan criticado por muchos y tan admirado por otros, entre los cuales me incluyo. Un técnico que no hace ruido, trabaja y consigue resultados allá donde dirige. Era más que merecido ese reconocimiento por parte de su hinchada. Acto seguido, sonaba uno de los himnos más bonitos del mundo a capela. Casi 50.000 gargantas se dejaron escuchar en todo el estadio haciendo del fútbol, lo que es, una auténtica fiesta.
Con esto, tenemos al Sevilla con pie y medio en la final salvo sorpresa mayúscula en Balaídos. Todo parece perfilado para que tengamos un Barcelona – Sevilla en la final de Copa, aunque como siempre en el fútbol, hay que esperar.
Juan Lorenzana Prieto
@juanlp91