El Nuevo Estadio de los Cármenes junto con el Granada fueron una buena prueba para demostrar que el estado físico y anímico del Real Madrid continúa mejorando tras la llegada de Zidane al banquillo.

El equipo granadino plantó cara seria al compromiso de enfrentar a uno de los monstruos de la Liga Española y no se dejó intimidar en ningún momento por el escudo que tenían en frente. El encuentro no fue dominado totalmente por el Real Madrid, quien de hecho no le fue sencillo encontrar el marco rival durante los noventa minutos pero que sin embargo dejó ver chispazos de mejoría y protagonismo en un encuentro fuera de casa a comparación de lo mostrado contra el Betis.

La presión de no perder puntos para continuar en la carrera por el título de liga se vio latente en el Real Madrid durante los noventa minutos del partido. De la mano de Peñaranda e Isaac Success, el Granada sumó nervios a la situación, pues a pesar de que el Madrid trataba bien la pelota y jugaba como gusta a su entrenador, hasta antes de la primer anotación, tenía problemas en el último pase al no encontrar fortuna en los disparos que fueron menos en comparación con los que logró generar la delantera rojiblanca.

El primer gol del encuentro fue del hombre cuyo total de diecinueve tantos en la campaña, en diez ocasiones han sido el gol que abre la cuenta para su equipo. Karim Benzema logró enviar al fondo de las redes el esférico al ‘30, luego de que Carvajal entrara al área y enviara un pase inglés a los pies del delantero galo, quien se encontraba descubierto frente al marco y solamente tuvo que ponerle dirección hacia la red.

A pesar de encontrarse en desventaja, el Granada no bajó los brazos a sabiendas de que un gol a favor traería consigo además del obvio empate, un subidón anímico que podría encaminarlos pensar en grande, luego que los blancos tuvieron más de una oportunidad para hacer el segundo, pero que el arquero Fernández les negó.

Los embates hacia la portería de Keylor Navas no cesaron y al ’60 llegó la recompensa para el Granada con un poco de fortuna. Rochina aprovechó que Modrić perdió el balón al interponerse el árbitro, lo tomó y abrió para El-Arabi quien batió por abajo a Navas y así enviar el mensaje de que podían ir por todo el resultado.

Luego de lo mostrado por ambos equipos, se podía apostar por un empate que solamente una genialidad podría romper. Para fortuna de las aspiraciones del Real Madrid, esa genialidad vino por parte de uno de sus mejores elementos de la noche. Luka Modrić al ’85 encontró el gol por la vía que con anterioridad había intentado. La defensa del Granada dio al croata medio metro para acomodarse e intentar un disparo desde fuera del área que el balcánico no dudó para impactar el esférico, colgarlo en la escuadra y arrancar la victoria de un partido sumamente apretado para ambos equipos.

Sergio Domínguez
@Corey_Cohen