Una cara totalmente nueva es lo que ha mostrado el Real Madrid luego de la llegada de Zidane al banquillo merengue a inicios de esta semana. Desde el momento que el partido contra el Deportivo La Coruña comenzó, se notaba que los jugadores tenían otra intención diferente a la mostrada jornadas atrás; se observaba a leguas la alegría de los jugadores e incluso si hubieran apagado las luces del Bernabéu, las sonrisas se hubieran apreciado fosforeciendo por lo largo y ancho del campo.
La defensa del Madrid que contó con el regreso de Dani Carvajal, volvió a mostrar la solidez y tranquilidad que se había perdido en el camino. Incluso después de que Ramos fue sustituido por Varane para la segunda mitad, la muralla blanca jugó esta vez como si se conocieran de años atrás.
Con lo anterior, que no se piense que La Coruña saltó al césped sabiendo que por la llegada al banquillo del Cid Campeador del Madrid debían entregar el partido y ser 11 aficionados más que disfrutaran el regreso de una de las figuras absolutas del Madrid al primer equipo, sino todo lo contrario. En ningún momento del partido, ni siquiera con el marcador abultado en contra se encerraron para esperar salir lo menos heridos posible, sino que aceptaron con seriedad el compromiso y la responsabilidad de hacer frente a un Real Madrid inspirado.
Los 11 merengues corrieron la milla y poco más en la búsqueda de espacios a la ofensiva y en la recuperación de la pelota a lo largo de los ’90. El medio campo merengue representado en este juego por Modric, Kroos e Isco, quien por cierto aprovechó la oportunidad y confianza de “Zizou” para volver a ser titular, fueron piezas clave en los goles que la BBC encajó en 5 oportunidades.
Benzema hizo doblete, primero corrigiendo la trayectoria de un balón impactado de volea por Sergio Ramos y luego puso un zapatazo al fondo de las redes con escala en el travesaño tras una jugada de Jesé para CR7 que el galo se encontró en la carrera que hacía rumbo al área; Bale continuó en estado de gracia e hizo dos goles con la cabeza y uno más con la zurda para anotarse un triplete que habla de su evolución como jugador, mientras que CR7colaboró en las acciones ofensivas del equipo pero no pudo anotar.
Zidane, fiel a sus palabras durante la semana, dio minutos y apoyo a jugadores que se encontraban con dudas en torno a su papel en la plantilla. Echó mano de Jesé para sustituir al galés que salió entre aplausos e ingresó a James por Isco, enviando el claro mensaje de dar cariño a todos sus elementos, sentimiento con el que la grada respondió devolviendo el mismo gesto, ovacionando a su equipo luego de la finalización del encuentro.
Sergio Domínguez
@Corey_Cohen