Top16. Jornada número cuatro. Barclaycard Center de Madrid. Se daban cita dos eternos rivales con cuentas pendientes tras la victoria del Barcelona a finales de diciembre ante el Real Madrid en Liga Endesa y, no defraudó. Un homenaje al baloncesto que se saldó con una canasta de Justin Doellman sobre la bocina para darle el triunfo a los hombres de Xavi Pascual.

Una bonita historia. Así empezaba todo. Un parcial de 2-10 para el Barcelona hacía reaccionar a Pablo Laso y su ejército. El Real Madrid, con una gran defensa y con acierto desde la línea exterior, conseguía ir poco a poco ampliando ventaja en el marcador. Reaparecía Sergio Llull y lo hacía con un triple de los que solo jugadores como él son capaces de anotar. Justo al último instante del primer cuarto conseguía con ese canastón ampliar la ventaja a diez puntos. El Palacio se encendía más todavía. Un ambiente único el que se respiraba. La gente estaba enchufada desde el primer minuto de partido y eso lo notaron los jugadores.

Se mantuvieron las distancias hasta el descanso al que se llegó con un 48-37 para los blancos. Daba la sensación que el resultado era corto para lo ofrecido por ambos equipos.

En la reanudación, El Barcelona apretó las tuercas, engrasó la cadena y comenzó a pedalear hacia la remontada. La defensa se hizo insufrible. Constantes contactos en la pintura impedían anotar con facilidad al Madrid. La cuarta personal señalada a Gustavo Ayón y el acierto de Perperoglou, fueron claves en el desarrollo del encuentro. A partir de ahí todo se igualó aún más. El Barcelona, liderado por Navarro, que se retiró lesionado, desde el banquillo, protestaba una y otra vez cada acción para meter presión a los colegiados. Estos no se amilanaron y continuaron pitando con el listón que habían puesto desde el inicio. Con 63-62 se llegó al final del tercer periodo.

El último cuarto fue algo épico. Una batalla en toda la cancha. Alternativas en el marcador. Primero fue el Barcelona el que se logró marchar de cuatro puntos lo que obligaba al Madrid a reaccionar en cada ataque. Así fue como Jaycee Carroll se sintió más cómodo. Dámela a mí que ya la meto yo, parecía decir con su mirada. Nueve puntos seguidos hacían contrarrestar el daño que seguía haciendo Justin Doellman por donde pisaba. Los merengues consiguieron ponerse 85-80 en el marcador. Parecía sentenciado el encuentro pero nada más lejos de la realidad. Los azulgrana consiguieron empatar a 85 y decidieron hacer falta sobre Felipe Reyes. El capitán falló uno de los dos tiros libres, con lo cual había que defender la última jugada. En apenas ocho segundos, Doellman se las ingenió para inventarse una canasta de la nada a pesar de la buena defensa del Madrid. Fue el único momento que se vio al Palacio en silencio, alicaído, lo habían tenido muy cerca, pero la mala suerte se cebó con las doce mil almas que lo abarrotaban. Justin rubricó así un partido de ensueño con 6/6 en triples y 24 puntos.

 El cara o cruz en el que se convirtió el partido los últimos cinco minutos salió cruz para los de Pablo Laso. Derrota importante del Real Madrid aunque no definitiva por la igualdad brutal del grupo F del Top16.

Juan Lorenzana Prieto

@juanlp91