El Olympique de Marsella visitaba la Catedral del fútbol en un día típico del norte. La lluvia y el frío se hacían protagonistas de la noche bilbaína y eso pareció contagiar a los leones en los primeros instantes de partido. Tras el 0-1 en contra de la ida, los marselleses no tenían otra que salir a por el partido y así lo hicieron, vinieron a profanar al sagrado.

Michel planteó un partido de toque, de control y de aceleración en los metros finales. Le salió bien en los primeros veinticinco minutos. No dejó jugar en ningún momento al Athletic y provocó más de un susto a los de Valverde. Nkodou tuvo un remate muy claro pero lo envió a las manos de un Iago Herrerín que poco antes había sacado una mano prodigiosa en una indecisión defensiva. Cabella volvía a probar al guardameta y acto seguido Nkodou lanzó al palo tras evitar la precipitada salida de Iago. San Mamés se temía lo peor ante una de las mejores versiones de los franceses de la temporada. Lass Diarra era el amo y señor del centro del campo. Cuando parecía que el Athletic despertaba, un centro de Mendy lo aprovecha Batshuayi tras el no rechace de Laporte e igualaban la eliminatoria. Era incluso un resultado corto para los méritos de uno y otro equipo.

En la reanudación todo parecía continuar igual. El Olympique estrelló de nuevo un balón en los palos. Pero una falta en la frontal del área pegada por Susaeta a la que Mandanda respondió volando con una mano espoleó a los leones. San José la tuvo también dentro del área en los mejores momentos de los vascos. Los locales reclamaron una mano clamorosa y a la contra la tuvo Fletcher para sentenciar. Olía a prórroga en la Catedral pero Sabin Merino, recién ingresado a la cancha, remataba a gol un centro de Susaeta. Enloquecía San Mamés aunque quedaban minutos todavía. Se sucedían las llegadas y el Athletic achicaba balones en la frontal de su área. Al final 1-1 (2-1 global).

Pasó el Athletic, avanzan los leones a octavos de final de la Europa League en una eliminatoria muy sufrida contra un gran Marsella. San Mamés no se profanó esta vez a pesar de los constantes ataques de los franceses.

Juan Lorenzana Prieto

@juanlp91