Vibrante es poco para cómo empezó el partido entre granas y xeneizes. Boca salió empanado, dormido totalmente y al minuto 5 ya perdía por 2-0. Acosta y Sand anotaban ante una defensa flojísima que parece que no había llegado a la cancha. No tardó, sin embargo, el ‘Apache’ Tévez en intentar la reacción y la tuvo en un uno contra uno pero disparó al muñeco. Buscaba Lanús el tercero, era un constante peligro a balón parado y Sand la volvió a tener pero resolvió bien Jara en defensa. Tobio e Insaurralde eran dos almas en pena, dos sombras que perseguían adversarios sin, ni siquiera, hacerles sentir el

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aliento en el cogote. Pablo Pérez era el único que aparecía en los azul y oro, sólo él ponía cierta cordura en las conducciones y en el manejo de la bonita. Lodeiro dio signos de supervivencia a los 23 minutos con un libre directo que estrelló en el travesaño. En cada llegada los locales daban sensación de marcar en cualquier momento. Almirón tiró a dar a Orión cuando tenía todo el arco para él y acto seguido, Mouche remató desde el área pequeña por arriba. Sand también pudo aumentar la renta, no había defensa ni intención en ella.

Los mellizos decidieron no hacer cambios en el entretiempo para ver de que pasta estaban hechos los jugadores. Salió bien Boca del vestuario, con mayor concentración pero sin muchas ideas combinativas con las que desequilibrar. Cada disparo Xeneize encontraba un cuerpo local en el que rebotaba. Siempre aparecía alguien para despejar. Lanús esperaba tranquilamente una ocasión a la contra para cerrar un partido que se enfriaba minuto a minuto. Apenas pasó nada más, el encuentro fue muriendo y Lanús se mantiene en lo más alto.

Cinco minutos le bastaron a Lanús para ganar a Boca Juniors. Cuando quisieron reaccionar fue demasiado tarde y nunca estuvieron cerca de meterse en el partido. Poquito del Gigante de América hoy, que no termina de arrancar ni de ofrecer su mejor versión. El líder demostró por qué va en la punta.

Juan Lorenzana Prieto

@juanlp91